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Stephen Sondheim 1930-2021

Sometimes people leave you, 

halfway through the wood.

Do not let it grieve you.

No one leaves for good.

Into the Woods

 

Todavía estamos procesando la dolorosa noticia de la muerte de Stephen Sondheim, compositor y letrista que revolucionó para siempre la historia del teatro musical mundial.

 

¿Cómo resumir todo lo que Sondheim significa para los amantes de los musicales? ¿Cómo explicar el dolor que implica perder a un ícono como él? Ponerlo en palabras es difícil, realmente no las tengo. Bien podría hacer una biografía convencional, pero creo que sobre Mr. Sondheim ya está todo dicho desde la formalidad y ahora es el turno del corazón.

 

Mi primer contacto con una obra del maestro fue Sweeney Todd. Siempre sentí una fascinación por los personajes complejos, turbios, con los que no cualquiera podría empatizar, y Sweeney Todd no solo era todo eso sino que además estaba acompañado por la música más tétrica y hermosa que había escuchado hasta ese momento. Ya hablé de este musical acá así que no me voy a extender, pero imaginate lo magnífica que es la partitura que fue compuesta de tal forma para que determinadas melodías te vayan spoileando la trama conforme avanza la acción. Una vez que lo entendés te dan ganas de salir al balcón a revolear la camiseta y gritar de la emoción, aunque bueno, quizás estoy exagerando (o no).

 

Así comenzó todo, Sondheim entró a mi vida como una topadora y mientras más iba aprendiendo sobre la historia de los musicales más entendía la importancia de este compositor. Sondheim revolucionó los musicales, porque para él no eran solo piezas de entretenimiento sino un análisis conceptual del comportamiento humano a través de una historia, conocida o no, que oficiaba de canalizador para todos los entramados que componen las relaciones con uno mismo, con el otro y con el entorno. 

 

Hablar de Sondheim es hablar de musicales que traspasaron la barrera del tiempo, que se adaptaron hasta el cansancio aunque siempre de una forma superadora. Dentro de poco vamos a poder ver West Side Story en cine, musical compuesto por Leonard Bernstein con letras de Stephen Sondheim, y es una tristeza que ahora tome otro significado. 

 

En 2018 Rosalie Craig hizo historia al ser la primera Bobbie en una versión contemporánea de Company, musical que muestra la vida del último soltero de su grupo de amigos, aunque ésta vez con los roles invertidos, ya que Robert pasó a ser una mujer que al cumplir 35 se empieza a replantear qué está haciendo con su vida. Este musical de 1970 es tan actual por su temática, ya que la presión social sobre la vida del otro sigue tan vigente como en aquel tiempo.

 

Esa es la maravilla de los musicales de Sondheim. Al tratar temas tan inherentes al ser humano, sus obras permiten la adaptación de géneros, de épocas y de contextos, sin dejar de ser relevantes. Y hay que tener maestría para crear piezas tan complejas como Into the Woods, Follies, Passion, Assassins, Sunday in the Park with George, A Little Night Music, Anyone Can Whistle, Gypsy, la ya mencionada Sweeney Todd y varias más.

 

No cabe duda de que un ser así fue un poco de genio propio y otro poco obra de una tutela magistral. Sondheim fue instruido desde joven por nada más y nada menos que Oscar Hammerstein II (creador de Ohklahoma!, Carousel, South Pacific, The Sound of Music, entre otros), y fue él quien lo guió para que aprendiera la mejor forma de construir un musical.

 

Un buen maestro aspira a que sus alumnos puedan superarlo, ¡y vaya si Stephen lo hizo! A lo largo de su trayectoria ganó 8 Tony Awards, 8 Grammy Awards, 1 Pulitzer Prize for Drama y 1 Oscar. Sus musicales representan un desafío fabuloso para los cantantes que los interpretan porque, además de la complejidad musical de sus partituras, sus personajes están dotados de una exigencia actoral que hace las delicias de todo amante del género.

 

Un musical de Sondheim es un regalo al corazón, y su legado estará vivo por siempre en cada una de sus creaciones. Gracias Stephen por haber dejado tu arte al servicio de todos, gracias vida por hacerme hincha de los musicales, y gracias a vos por leer hasta acá. 

 

Por Aya.