Enterate todas las novedades de nuestra escuela y del mundo de las Artes Escénicas en Buenos Aires.
Contactanos en masespectaculos@masmusical.com

La voz con perspectiva de género 🗣️

Por Andy Falconaro


 

Hace unos años que estudio canto, catorce ya… o quizá quince, no recuerdo exactamente. Hace algunos menos que doy clases también. Estudié con grandes maestros e hice cursos y seminarios para perfeccionarme en pedagogía vocal y hay algo que siempre me ha generado incertidumbre… o quizá me ha perturbado desde algún punto, desde que comencé a estudiar: Las clasificaciones vocales


Desde que tengo memoria en lo que compete al canto, este término  ha sido motivo de disputa (al igual que los registros vocales, pero de eso voy a hablar en otro momento).  

 

Entiendo las clasificaciones vocales y realmente creo que son necesarias ciertas “clasificaciones” a la hora de encontrarnos con material relacionado a la música coral, la ópera o, mi pasión, el teatro musical. ¿Por qué? Porque para poder generar ciertas armonías el compositor piensa, imagina y crea en pos de la coloratura de la voz… a algunas características como liviana, aguda, suave, o dramática, oscura, grave… y en consecuencia arma una especie de rompecabezas fusionando voces que, todas juntas, suenan de una manera agradable al oído. 

Ahora bien, cuando un alumno o alumna, me pregunta ¿Cuál es mi clasificación vocal? le explico que tengo que escuchar muchas cosas antes de dar una definición exacta (que así y todo, podría estar equivocada. Siempre aclaro que es según mi propia perspectiva).Y quedan aún más sorprendidos cuando les digo que en el fondo, realmente, para mí, no importa esa etiqueta.

 

Hay como una necesidad de etiquetarnos y por lo general a penas nos acercamos al canto pensamos cosas como “¿Qué soy?”... ¡Qué pregunta tan amplia! Aunque entiendo que quieren saber si son tenores o barítonos pero creo que la clasificación vocal es mucho más profunda que una mera etiqueta. 

 

Considero que primero sería importante definir ¿Qué es una clasificación vocal? 

Con clasificación vocal nos referimos al espectro vocal que puede cantar una persona (es decir, el rango de notas que puede abordar cantando de una manera cómoda), pero no sólo está definida por eso; sino también, por dónde se luce la voz y sobre todas las cosas, donde uno se siente más cómodo e identificado.

 

Para poder establecer una clasificación debemos tener en cuenta distintos aspectos: la anatomía laríngea, la prima voce,  la extensión vocal y por último (y para mí, la más importante) la propia identificación con la voz. Dicho sea de paso, Dr. Dann en youtube tiene unos videos súper ilustrativos sobre este tema si tienen ganas de investigar un poco más de una manera más visual.

 

Con anatomía laríngea nos referimos propiamente a la forma del aparato fonador y sus características. Es cierto que una laringe más grande va a tender a generar una voz más grave y una laringe más pequeña, en oposición, más aguda. Es una cuestión de física.  

Prima voce es ese lugar de 5 o 6 notas donde la voz “brilla” más. Es ese lugar donde más se luce el artista…el lugar más cómodo de todos y donde menos esfuerzo vocal supone dentro de la extensión que cada uno posee; la cual, como mencioné anteriormente, se refiere desde qué nota a qué nota (sin esfuerzo ni molestia) una persona puede producir voz. 

Finalmente existe la identificación que uno siente con su propio instrumento. En esto voy a hacer hincapié más adelante pero por lo pronto, quisiera aclarar que la identificación tiene que ver con cómo uno se reconoce con su propia voz. Es cierto, sí, que hay una parte anatómica inmodificable y, soy partidaria de que uno debería amar su propio instrumento con los recursos que tiene. Aunque hasta el día de hoy es inmodificable hasta cierto punto, porque si bien Aristóteles diría que lo que existe por naturaleza no puede modificarse por costumbre, sí puede tener ayuda quirúrgica y/u hormonal para darle un empujoncito (pueden buscar más info sobre tiroplastia y la glotoplastia… me parece un mundo fascinante). 

 

Me tomaré de ejemplo a mí misma. Andy Falconaro. Soy una mujer cis con una voz muy aguda, algunos me definirían como soprano ligera (alguno que otro quizá como soprano dramática), y yo, en contra de lo que mi naturaleza me dio, siempre quise ser grave para cantar jazz y blues. ¿Me lo impide mi voz? Claro que no, encontré recursos para jugar en mis graves. Aprendí a querer a mi voz y poder cantar lo que realmente me gusta aunque sea unos tonos más arriba. Porque eso es lo fundamental, cantar en una tonalidad que nos quede cómoda. ¿Por qué? porque así evitamos posibles patologías. 

En algún momento de mi vida en el que no me gustaba ser tan “aguda” me esforzaba por hablar dos o tres tonos más graves de lo que mi voz modal implícitamente me pedía. Es así como a los pocos meses fui al otorrino porque se me cortaba la voz, tenía el tan temido HIATUS (no es otra cosa que escape de aire) y estaba provocado por una hiporfunción vocal (en parte por cansancio y en gran parte, por querer hablar más grave de lo que me era cómodo). 

 

Alguna maestra de canto una vez me dijo “seguí cantando grave vos, vas a terminar perdiendo los agudos”... entendí su punto así que seguí entrenando mis agudos pero a la vez entrené para poder llegar a más graves… hasta donde mi laringe lo consigue (porque sí, la extensión vocal también se puede entrenar… dentro de límites físicos). 

Según los libros una soprano llegaría desde un FA3 a SOL5. Cualquier persona que no sabe de música puede pensar, qué es eso y con razón. En pocas palabras podríamos decir que son alrededor de 16 notas aproximadamente. Ese sería su rango  vocal. Pues el mío va desde RE3 a FA6. Es decir, 24 notas aproximadamente dentro de mi espectro. Este incluye notas que corresponderían a otra clasificación y así y todo, puedo cantar en ese lugar. ¿Entonces? ¿Qué soy? Y ahí empezaron las dudas existenciales.  

 

Justamente mencioné las CLASIFICACIONES VOCALES y dije SOPRANO. Si bien hay distintos métodos de clasificar voces hay uno que es quizá el más básico y más conocido de todos en la cultura de la música occidental que toma una primera partida desde el sistema binario HOMBRE-MUJER. Contrato social que veremos en breve por qué Virginia Cano y Judith Butler sostienen que habría que repensar. Por ahora volvamos a las clasificaciones vocales.

 

La forma más conocida de distinguir las voces consta en SOPRANO, MEZZO SOPRANO y CONTRAALTO en el caso de las mujeres; y TENOR, BARÍTONO Y BAJO en el caso de los hombres. De nuevo, género binario. Hombre o mujer. Un hombre jamás podrá ser soprano y una mujer jamás podrá ser tenor. Siempre di por sentado este hecho. Siempre acepté ser soprano, nunca me supo ser una molestia; sin embargo, hace un tiempo tuve una colega trans. Ella se autopercibe como mujer, aunque originalmente sus genitales al nacer y su DNI lo definieran como hombre. Ella, prefiero reservar su nombre para respetar su privacidad, hizo una audición para el Colón y no tuvo otra opción que audicionar para TENOR. ¿Por qué? Porque su DNI la distingue como hombre. Más allá de su coloratura vocal, la cual no vamos a discutir, Ella llega a graves mucho más graves que los míos; sin embargo tiene unos bellos agudos que quizá pueden no ser los de una SOPRANO; pero podría ser una CONTRA ALTO (breve recordatorio: contra alto es la clasificación vocal más grave de las mujeres). Ella que se autopercibe mujer trans y no tuvo otra opción que audicionar como TENOR; según ella no le molestó; aceptó que era la única opción que tenía. Repito, no estoy en contra de la clasificación para que haya un orden en tanto y en cuanto a qué tan agudo o qué tan grave es un sonido, o dónde brilla más… pero ¿Es necesario que esté segmentado de esta manera? 

 

Es aquí donde Virginia Cano podría sostener que es justamente por ese “impulso binario, jerarquizante y momificante” (2011, p.4)  esa naturalización de aceptar esa denominación. 

Nos encontramos oprimidos y sometidos a un régimen binario en donde, de no formar parte, no existe un lugar para nosotros. Esto me hizo pensar a través de la empatía, ya que personalmente, yo no tengo problema de ser soprano pero ¿todos aquellos que no encajan? ¿se caen del sistema?

 

¿Qué pasaría si no existiera esa división binaria? Si un hombre, autopercibido como tal, quisiera ser soprano; porque llega a las notas y se siente identificado con esa calidad de sonido; y, encima se sometió a un proceso quirúrgico para modificar sus pliegues vocales y a un  tratamiento hormonal que ha agudizado su voz. ¿Podría ser considerado soprano?

 

En la historia, los hombres que cantaban voces femeninas eran llamados sopranistas, hoy los definiríamos como CONTRATENORES, de nuevo; otra distinción sólo presente para los hombres.  Butler aquí evidenciaría esta construcción social de género y sexo; que podría sostenerse con la deficinición de voces masculinas y voces femeninas. 

 

           “Si se puede hablar de un «hombre» con un atributo masculino y entender ese atributo como un rasgo feliz pero accidental de ese hombre, entonces también se puede hablar de un «hombre» con un atributo

            femenino, cualquiera que éste sea, aunque se continúe sosteniendo la integridad del género. Pero una vez que se suprime la prioridad de «hombre» y «mujer» como sustancias constantes, entonces ya no

            se pueden supeditar rasgos de género disonantes como otras tantas características secundarias y accidentales de una ontología de género que está fundamentalmente intacta” (El género en disputa, p. 83)

 

 

Con esto podríamos sostener que no hay atributos que hagan que una voz sea de mujer o de varón. Simplemente hay voces, con sus propias características pero voces libres de género. 


Hay mujeres que se auto perciben como tal y tienen voces agudas, también las hay con voces graves. Y en muchas ocasiones son esas mujeres consideradas “poco femeninas”. Tengo una alumna que me ha confesado que durante años le decían que era un pibe por tener voz grave. ¿Por qué se carga de significado a una calidad o sonido vocal? ¿Por qué una voz liviana y suave está relacionada a lo femenino o amanerado mientras que una voz más gruesa y ronca a lo masculino? 

 

Aquí es donde, humildemente, sostengo que habría que reescribir el contrato social. Este acuerdo impuesto por la sociedad de lo que debería ser una voz de hombre y una voz de mujer. ¿Se tienen en cuenta todas las excepciones que no responden a la regla? ¿Es posible romper el contrato heteronormativo de cómo debería sonar una voz? Hombres con voces agudas que igual desean verse varoniles y masculinos (Romeo Santos por ejemplo), mujeres con voces graves que se sienten femeninas y sexies, y son tomadas como íconos de la feminidad (Scarlett Johansson) u otras situaciones, excepciones a la regla, la periferia o como diría Judith Butler esas identidades de género regidas por la heteronormatividad. 

 

Ambas autoras plantean esta necesidad de romper este pensamiento basado en lo binario de la heteronormatividad y permitir nuevos lugares y nuevos contratos sociales donde las personas tengan la posibilidad de elegir quién quieren ser. 

 

En este caso poder autodefinirse como barítono, tenor, soprano o como se desee sin dejarse llevar por el sexo biológico (antes de ser definido diría Butler), sino por quien la persona realmente desee ser y con quien se identifique el/ella/elle y con quién se identifique su propia voz. 

 

Quizá puede ser un buen momento para plantear nuevas clasificaciones vocales. No sé si tengo muchas respuestas, sólo me hago más preguntas. Lo que sí puedo decir a modo de conclusión es que sí, necesitamos clasificar de alguna manera porque nos ordena, porque para ciertas construcciones son necesarias y sobre todo porque responden a nuestra naturaleza lingüística de ponerle nombre a las cosas. Pero creo que con todo lo que ha avanzado el mundo, quizá pueda ser un momento de por lo menos, volver a pensar ciertas cosas, contratos ¿Para qué? Para poder ser un poco más empáticos con esas personas que no encajan en lo socialmente aceptado, para que esas personas, también se sientan parte. 










 

Butler, J. (2007) El género en disputa. Ed. Pairós. Barcelona. 

Cano, V. (2011) No se nace lesbiana, se llega a serlo. Estudios feministas.

Angel Agustín es redactor y coordinador del equipo de redacción de MasEspectáculos. Hace diez años que se dedica al teatro. Comenzó a formarse como actor en Buenos Aires en diferentes instituciones, entre ellas, Julio Bocca. Trabajó como embajador cultural de las ferias virtuales e internacionales del libro. También es autor y director de las obras "entre los pasillos" y "cenando con mis monstruos". 

Aya es RRPP y aficionada al teatro musical desde los 8 años. Estudió Artes Escénicas y se formó en canto y actuación con maestros nacionales e internacionales. Se especializa en la historia del teatro musical y está ansiosa por compartir todo lo que sabe con vos.

Fabio Rosenstein, inició su carrera desde muy temprana edad como actor en la escuela de Raul Serrano y Augusto Fernandes. Desde niño encontró en el arte un lugar para desarrollar mi creatividad. Además del teatro, se formó en dramaturgia, canto y también estudió guitarra. Ama la poesía, la música y el cine. En sus reseñas le gusta observar detalles y buscar, como diría Kandinsky, lo espiritual en el arte.

Sebastián es Cantante, Guitarrista y Director de teatro.

Desde 2010 hasta la actualidad  dirige Maquetas Compañía de Teatro, colectivo teatral con el que ha presentado más de 30 espectáculos, entre ellos “La casa de Bernarda Alba” “¿Quién mato a Carlos Groenberg?", "Cinema Hollywood", "Señoritas Impro" y la trilogía "La hija de Sade".

Camigots 🌸 es amante de la Cs. humanas, la cultura y el arte. Se forma en actuación con Julio Chávez y es estudiante avanzada de la Licenciatura en Estudios de la Comunicación (UNSAM). En sus textos reflexiona sobre el teatro como expresión de los conflictos humanos y sus estrategias de representación. Si sos de lectura liviana, bienvenidx ✨

Charles Souto es actor, cantante, músico, profesor de inglés con especialización en artes dramáticas, y, actualmente, estudiante avanzado de Dirección de Artes Escénicas (ISEC). Desde el 2009, ha dirigido obras musicales en inglés con elencos adolescentes tales cómo "Stranger Things" y "The Nightmare Before Christmas", entre otros. También ha participado como actor en "The Threepenny Opera" y "Murder in the Nile" con The Suburban Players.

Conocé a nuestro Staff de redactores...
Podcast Backstage