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“La luz que recorrió a Margarethe” una pieza artística

por Fabio Rosenstein

 

¿Cómo contar una vida? ¿Cómo hacerlo, además, cuando esta tiene un sentido histórico y ha dejado un legado en el presente? Tendría sentido acudir a los libros, realizar una investigación minuciosa de los hechos y hacer del teatro un despliegue documental.

Afortunadamente, nada de esto es lo que sucede en “La luz que recorrió a Margarethe” Aquí se cuenta desde un lenguaje propio, el más difícil tal vez, aquel que construye no sólo desde la búsqueda teatral. Las directoras Stefania Koessl y Antonella Valese van un paso más allá y nos acercan una pieza artística.

Es posible preguntarse: ¿no es acaso el teatro una rama más del arte? Parecería muy lógico pensar entonces que toda expresión teatral es en sí misma una obra de arte.

Sin embargo, cuando el arte nos cautiva, hay un elemento común que nos eleva a cierta sensibilidad y nos conecta a lo espiritual para nombrarlo en términos de Kandinsky. Puede ser el óleo que sobresale de un lienzo, las notas del piano que abren un recuerdo o una actriz proyectando su voz que nos acerca un mundo. La expresión es lo que varía, aunque es idéntica la sensación cuando esto se logra. Quizás allí este la diferencia y la respuesta a mi pregunta.

Ahora sí, hablemos entonces de esta pieza. Lo primero a destacar es el género que utiliza: el unipersonal, un desafío que parece reservado para unos pocos. La exposición al extremo obliga al interprete a sostener todos los hilos dramáticos en escena. Y si esto resulta ya complejo, ¡lo es aún más cuando la actriz es también la autora y codirectora del espectáculo! 

Stefania Koessl consigue aquí la tarea más difícil, poner su instrumento a disposición del relato pudiendo correr la mirada de quien elije qué contar y cómo hacerlo. Logra potencia expresiva sin empujar su emoción y maneja los hilos del relato sin apelar al histrionismo para entretener. Tal vez por ser la autora, se encarga de proteger la historia y sabe que aquí lo importante es contar a su entrañable Margarethe con sus características. Confía en que lo interesante de esta pieza es precisamente la sensibilidad de esta astrónoma alemana que recuerda en la tierra momentos de su vida pasada. Un recurso tan onírico como sólido dentro de un relato pequeño pero profundo que sabe cómo ser ejecutado en tiempo y forma. Es que precisamente la virtud es valerse de pequeños elementos para conmovernos: un telescopio en escena, un sonido que marca el paso del tiempo, la maravillosa música de Franz Liszt o la lengua germana como voz secundaria. Elementos disimiles, pero potentes, todo aquí es como un haiku japonés que nos adentra en un hermoso sueño. 

Por último, pienso en las películas de superhéroes. Tres horas de cinta y cientos de efectos para despertar algo en nuestro interior y aún así no consiguen hacerlo. Aquí se apela a algo tan sencillo como son los recuerdos y paradójicamente el personaje tiene algo heroico: una mujer científica no reconocida en el tiempo, como tantas en nuestra historia. Sin embargo, el texto no lo expresa en palabras desde una bajada ideológica ni tampoco lo subraya para hacernos comprender semejante injusticia. En cambio, elige contar en carne propia lo que se siente en el alma desde el ejercicio fundamental de repasar una vida. El resultado es por lejos mucho más efectivo, logra que salgamos del teatro pensando en tantas historias ciertamente olvidadas. Es que La luz que recorrió a Margarethe sabe qué contar y cómo contarlo, no imita otros relatos, sólo mira a través de su telescopio y consigue que a través de él podamos mirar su universo.

 

 

FICHA TÉCNICA

 

Autoría: Stefania Koessl

Intérpretes: Stefania Koessl

Escenografía:Leandro Crocco

Iluminación:Leandro Crocco

Realización de vestuario: Andrea Salas

Fotografía: Magdalena Meyerhoff

Diseño gráfico: Valeria Schoua

Asistencia de dirección:Juana Cardozo

Dirección: Stefania Koessl, Antonella Valese

 

¿Dónde? ITACA COMPLEJO TEATRAL (Humahuaca 4027) 

¿Cuándo? Sábados 22: 30hs